martes, 22 de abril de 2014

Día 10. Hiroshima y Miyajima

El décimo día de viaje tocó madrugar para coger el Shinkansen Hikari 491 que nos dejaría en Hiroshima en 1 hora y 45 minutos.
Una vez en la estación de tren de Hiroshima, nos pusimos rumbo a los jardines Shukkeien.
Os marco en el mapa lo que fue nuestra ruta por Hiroshima, que se compuso de:

  • Jardines Shukkeien.
  • Castillo de Hiroshima.
  • Parque Memorial de la Paz.



Los jardines estaban a unos 15 minutos andado de la estación y la entrada nos costó 250 yenes por persona.
Los jardines muy chulos, perfectamente cuidados como todos los que vimos.







Era bien pronto por la mañana y hacía un calor de impresión, pero había que continuar, así que nos dirigimos al siguiente objetivo. El castillo de Hiroshima, del que sólo veríamos la fachada exterior.
Se puede entrar dentro, previo pago, pero oí un podcast de los chicos de "Muy Lejano" (de los que ya os he hablado en otras ocasiones) que no lo recomendaban a no ser que no se hubiera visto un castillo Japonés antes.
El podcast está muy bien, de hecho, la excursión la organizamos atendiendo a sus recomendaciones.

Castillo de Hiroshima


Árbol que sobrevivió a la bomba atómica
Personalmente los pelos se me empezaron a poner de punta después de ver el árbol de la imagen anterior apuntalado, un poco sugestionada por lo que me imaginaba que me podría encontrar de ese punto en adelante.
Pusimos rumbo al parque de la paz, donde reina el silencio, solamente interrumpido por los cantos de los niños, que procedentes de distintos colegios, visitan el parque con el objetivo de conmemorar a los inocentes fallecidos por la bomba atómica que estalló en Hiroshima aquel fatídico 6 de Agosto de 1945.
Edificio principal del Museo Memorial de la Paz
Cenotafio del parque de la Paz.
Genbaku Dome. La única estructura que se mantuvo en pie cercana al hipocentro de la bomba.
Edificio proclamado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.


Torre conmemorativa a los estudiantes.

Monumento memorial a los niños. Este es el monumento donde los niños llevan pajaritas de papel como ofrenda a los niños fallecidos por la detonación de la bomba o sus efectos colaterales.
Definitivamente mis pelos de punta no se bajaron durante toda la visita. Abandonamos el lugar bastante apresuradamente. 
Demasiado diría yo, ya que no nos acercamos a ver el museo del memorial, culpa mía, pero es que tenía un mal cuerpo después de leer unos libros ilustrativos que había por el lugar...

Así que cambiamos el chip y nos pusimos rumbo al Okonomimura, también llamado el edificio del Okonomiyaki.
¿Que es un Okonomiyaki? es un plato típico japones, especialidad de Hiroshima (también es especialidad en Osaka, pero es diferente), para más información podéis leer lo que dice la wikipedia.
Era pronto y los lugareños que regentan restaurantes de Okonomiyakis en Okonomimura estaban ansiosos por captar clientes.
Por puro azar acabamos en la última planta del edificio, en el restaurante situado más al fondo según sales del ascensor a la izquierda. Azar o que más bien íbamos huyendo de los camareros que intentaban secuestrarnos para que nos sentáramos en sus restaurantes.
Todos los restaurantes estaban abiertos y tenían una plancha gigante separada por una barra donde comen los comensales.





Los okonomiyakis nos los cocinaron en directo en frente nuestro. Los señores fueron muy simpáticos, se hicieron entender como buenamente pudieron, ya que no hablaban ni papa de inglés y menos de castellano.
El okonomiyaki estaba riquísimo.
Con el buche lleno fuimos de vuelta a la estación de trenes donde cogimos la JR Sanyo Line con destino Miyagimaguchi, donde cogimos el ferry que nos dejó en Miyajima.
Miyajima es una islita encantadora con un famoso Torii en el agua, o más bien Torii en la arena, ya que en esta ocasión encontramos la marea bajada y se podía pasear hasta él.


Fuimos en busca del teleférico que sube a lo alto del monte Misen.
Hay gente que sube al monte andando, pero si os digo la verdad, bastante se anda desde el teleférico... de haber tenido más tiempo hubiera estado bien subir en teleférico, más el trozo de andadura hasta la cima y después bajar andando :-D
Pero no era el caso, ya que íbamos bastante apurados con la hora.

Entre el teleférico y la cima de la montaña encontramos un templo muy cuqui en el cual no pudimos entretenernos demasiado, ya que íbamos rozando el último teleférico de vuelta y todavía quedaba llegar a la cima.
Aún así, me dio tiempo a fotografiar estos dos simpáticos mini monjes customizados por los turistas.


Venga, un  poquito más... ¡que llegamos a la cima!
Ibamos a toda velocidad y me empezó a dar asma ¡lo que faltaba! pero ya allí había que llegar ¿no?
Y mereció la pena, ya que las vistas desde lo alto son una pasada. Además, tuvimos suerte, ya que nos salió un día bastante despejado.




Con las mismas bajamos en el teleférico por el mismo lugar.
Y volvimos a inmortalizar el famoso Torii de Miyajima.


Una pena no haberse quedado a hacer noche en Miyajima para disfrutar de su tranquilidad, además que debe haber unos hoteles tipo ryokan bastante majos.
Pusimos rumbo de vuelta a Kyoto, que desde allí entre ferry, tren y shinkansen teníamos 2 horas y media de viaje de vuelta.
Una vez en destino hicimos una parada a cenar en nuestro restaurante de cabecera y nos fuimos al apartamento.
Al día siguiente tocaba hacer maletas... mañana libre en Kyoto y coger el tren después de comer de vuelta a Tokyo, o más bien a Narita, ya que hacíamos noche cerquita del aeropuerto para coger al siguiente día el vuelo de vuelta a casa.
En el próximo post día 11, último día hábil en Japón. 

2 comentarios:

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