sábado, 26 de abril de 2014

Día 11. Día libre por Kyoto.

El undécimo día de viaje nos lo tomamos libre, ya que disponíamos hasta las 16:00 de la tarde, momento en el que cogeríamos el tren a Tokyo con destino Narita.
Nos dividimos por parejas, ya que cada uno tenía unas preferencias.
Mir y Mai se fueron a la zona de Kiyomizu-dera, ya que querían comprar unos souvenirs y esta zona la tenían fichada.
Dani y Jaime se cogieron un tren y en un momentito se acercaron a Osaka a echar la mañana.
Y Pedro y yo nos dirigimos a Pontocho a ver unas tiendas y a visitar el mercado de Kyoto.

Dejamos las maletas en la entrada del apartamento y quedamos a las 15.00 en el mismo sitio para coger las maletas y acercarnos al tren.

Inicialmente nos dirigimos a unas cuantas tiendas de electrónica, después unas tiendas de souvenirs y acabamos como ya os he dicho antes en el mercado de Kyoto, que inicialmente íbamos a haber pasado por alto, pero que creo que merece una visita.
Además pudimos probar algún dulce que otro diferente a lo que habíamos probado con anterioridad y nos llevamos para casa un trozo de un bizcocho de sésamo que estaba buenísimo














De allí nos fuimos a comer a un sitio por la zona de Pontocho que anunciaba que tenían Okonomiyakis.
Pudimos ver que eran "Osaka Style" así que no podíamos irnos sin probarlos.
Después de comer los Okonomiyakis, que por cierto, nos gustaron mucho más los Hiroshima Style, pusimos rumbo al apartamento.
Nos juntamos con el resto del grupo y con cierta nostalgia abandonamos el apartamento para coger el tren que nos dejaría en Narita, tras un par de transbordos.
Llegamos sobre las 21.00, hicimos una parada en un 7 eleven para coger unos sandwitches y nos retiramos a las habitaciones del hotel Narita-U-City.
No era ninguna maravilla, estaba un poco viejillo, pero cumplía la función de alojamiento limpio con transporte al aeropuerto al día siguiente, que era lo que necesitabamos y por 20€ persona, nos pareció que cumplió bien con su función.

Y con este post termino nuestro recorrido por Japón, ya que el día 12 nos limitamos a ir al aeropuerto y coger el avión de vuelta.
Espero que os hayan gustado estos post sobre el país Nippon, país que os recomiendo encarecidamente visitar por sus costumbres, paisajes, diferencia cultural y sus gentes.
Toda una aventura que no hubiera sido la misma sin mis compis de viaje. ¡Fue todo un placer!

martes, 22 de abril de 2014

Día 10. Hiroshima y Miyajima

El décimo día de viaje tocó madrugar para coger el Shinkansen Hikari 491 que nos dejaría en Hiroshima en 1 hora y 45 minutos.
Una vez en la estación de tren de Hiroshima, nos pusimos rumbo a los jardines Shukkeien.
Os marco en el mapa lo que fue nuestra ruta por Hiroshima, que se compuso de:

  • Jardines Shukkeien.
  • Castillo de Hiroshima.
  • Parque Memorial de la Paz.



Los jardines estaban a unos 15 minutos andado de la estación y la entrada nos costó 250 yenes por persona.
Los jardines muy chulos, perfectamente cuidados como todos los que vimos.







Era bien pronto por la mañana y hacía un calor de impresión, pero había que continuar, así que nos dirigimos al siguiente objetivo. El castillo de Hiroshima, del que sólo veríamos la fachada exterior.
Se puede entrar dentro, previo pago, pero oí un podcast de los chicos de "Muy Lejano" (de los que ya os he hablado en otras ocasiones) que no lo recomendaban a no ser que no se hubiera visto un castillo Japonés antes.
El podcast está muy bien, de hecho, la excursión la organizamos atendiendo a sus recomendaciones.

Castillo de Hiroshima


Árbol que sobrevivió a la bomba atómica
Personalmente los pelos se me empezaron a poner de punta después de ver el árbol de la imagen anterior apuntalado, un poco sugestionada por lo que me imaginaba que me podría encontrar de ese punto en adelante.
Pusimos rumbo al parque de la paz, donde reina el silencio, solamente interrumpido por los cantos de los niños, que procedentes de distintos colegios, visitan el parque con el objetivo de conmemorar a los inocentes fallecidos por la bomba atómica que estalló en Hiroshima aquel fatídico 6 de Agosto de 1945.
Edificio principal del Museo Memorial de la Paz
Cenotafio del parque de la Paz.
Genbaku Dome. La única estructura que se mantuvo en pie cercana al hipocentro de la bomba.
Edificio proclamado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.


Torre conmemorativa a los estudiantes.

Monumento memorial a los niños. Este es el monumento donde los niños llevan pajaritas de papel como ofrenda a los niños fallecidos por la detonación de la bomba o sus efectos colaterales.
Definitivamente mis pelos de punta no se bajaron durante toda la visita. Abandonamos el lugar bastante apresuradamente. 
Demasiado diría yo, ya que no nos acercamos a ver el museo del memorial, culpa mía, pero es que tenía un mal cuerpo después de leer unos libros ilustrativos que había por el lugar...

Así que cambiamos el chip y nos pusimos rumbo al Okonomimura, también llamado el edificio del Okonomiyaki.
¿Que es un Okonomiyaki? es un plato típico japones, especialidad de Hiroshima (también es especialidad en Osaka, pero es diferente), para más información podéis leer lo que dice la wikipedia.
Era pronto y los lugareños que regentan restaurantes de Okonomiyakis en Okonomimura estaban ansiosos por captar clientes.
Por puro azar acabamos en la última planta del edificio, en el restaurante situado más al fondo según sales del ascensor a la izquierda. Azar o que más bien íbamos huyendo de los camareros que intentaban secuestrarnos para que nos sentáramos en sus restaurantes.
Todos los restaurantes estaban abiertos y tenían una plancha gigante separada por una barra donde comen los comensales.





Los okonomiyakis nos los cocinaron en directo en frente nuestro. Los señores fueron muy simpáticos, se hicieron entender como buenamente pudieron, ya que no hablaban ni papa de inglés y menos de castellano.
El okonomiyaki estaba riquísimo.
Con el buche lleno fuimos de vuelta a la estación de trenes donde cogimos la JR Sanyo Line con destino Miyagimaguchi, donde cogimos el ferry que nos dejó en Miyajima.
Miyajima es una islita encantadora con un famoso Torii en el agua, o más bien Torii en la arena, ya que en esta ocasión encontramos la marea bajada y se podía pasear hasta él.


Fuimos en busca del teleférico que sube a lo alto del monte Misen.
Hay gente que sube al monte andando, pero si os digo la verdad, bastante se anda desde el teleférico... de haber tenido más tiempo hubiera estado bien subir en teleférico, más el trozo de andadura hasta la cima y después bajar andando :-D
Pero no era el caso, ya que íbamos bastante apurados con la hora.

Entre el teleférico y la cima de la montaña encontramos un templo muy cuqui en el cual no pudimos entretenernos demasiado, ya que íbamos rozando el último teleférico de vuelta y todavía quedaba llegar a la cima.
Aún así, me dio tiempo a fotografiar estos dos simpáticos mini monjes customizados por los turistas.


Venga, un  poquito más... ¡que llegamos a la cima!
Ibamos a toda velocidad y me empezó a dar asma ¡lo que faltaba! pero ya allí había que llegar ¿no?
Y mereció la pena, ya que las vistas desde lo alto son una pasada. Además, tuvimos suerte, ya que nos salió un día bastante despejado.




Con las mismas bajamos en el teleférico por el mismo lugar.
Y volvimos a inmortalizar el famoso Torii de Miyajima.


Una pena no haberse quedado a hacer noche en Miyajima para disfrutar de su tranquilidad, además que debe haber unos hoteles tipo ryokan bastante majos.
Pusimos rumbo de vuelta a Kyoto, que desde allí entre ferry, tren y shinkansen teníamos 2 horas y media de viaje de vuelta.
Una vez en destino hicimos una parada a cenar en nuestro restaurante de cabecera y nos fuimos al apartamento.
Al día siguiente tocaba hacer maletas... mañana libre en Kyoto y coger el tren después de comer de vuelta a Tokyo, o más bien a Narita, ya que hacíamos noche cerquita del aeropuerto para coger al siguiente día el vuelo de vuelta a casa.
En el próximo post día 11, último día hábil en Japón. 

miércoles, 16 de abril de 2014

Día 9. En bici por Kyoto.

Uno de los días más especiales que pasamos en Kyoto fue el noveno día ciclista.
¡Madre mía! ¡Años que no cogía una bici! Desde el viaje a Nueva York...
Sacamos las cinco bicis del apartamento y nos dispusimos a ir a una tienda de alquiler de bicis, que hay alado de la estación de tren, a por la sexta.
Había que ir hasta allí y... ¿uno tenía que ir andando? Venga ¿quien sabe llevar?
Ahí se prestó Jaime a llevarme. Al principio un poco de miedo, pero hay que reconocerle que lo hizo genial, aunque vaya dolor de culo lo de ir sentado en la parte de atrás.

Una vez que todos teníamos bici, pusimos rumbo al Palacio Imperial de Kyoto, cuya reserva habíamos realizado desde España con dos meses de antelación.
La visita en cuestión era una visita guiada en inglés de 1 hora y merece mucho la pena. Si no sabéis inglés no os preocupéis, os limitáis a observar el palacio y listo, pero es la única manera de poder visitarlo.
Mención especial a sus jardines, preciosos.





Después de la visita al Palacio, nos dirigimos hacia el castillo Nijo-jo. Este castillo me gustó mucho, el entorno era ideal y además se visitaba el interior del mismo. Para ello era necesario descalzarse para poder entrar y no estropearlo.



Después de visitar el castillo cogimos las bicis dirección al templo Kiyomizu-dera.
Un pequeño comentario sobre el uso de las bicis en Kyoto: En mi opinión es el mejor medio de transporte, ya que quitando la zona de Kiyomizu-dera, todo es bastante llano, hay carril bici a lo largo de casi todo Kyoto, tanto coches como peatones son muy respetuosos con las bicis y no es necesario ni candar la bici cuando la aparcas, porque allí nadie se lleva nada que no sea suyo ¡Una maravilla!

Camino del templo hicimos una parada técnica para comer. Cada vez acertábamos más dónde comer bueno-bonito-barato, como en esta ocasión.


No sabría ubicaros el sitio en el mapa la verdad, pero lo que no se me olvida es ¡su curry! Mmmmm...
Después de reponer fuerzas nos dirigimos, esta vez sí, hacia el templo Kiyomizu-dera. Los que no estéis acostumbrados a la bici, coged carrerilla...
La zona que rodea el templo está llena de tienditas donde hubiera estado bien invertir algo más de tiempo, pero teníamos muchos objetivos en el día, así que limitamos el tiempo y nos centramos en el templo que está genial y tiene unas vistas o "Nice views" impresionantes, donde puede verse todo Kyoto.
Gran terraza del templo.
Inmediaciones. Tiendas de souvenirs.
Lugareñas con Kimono típico, seguramente celebrando su graduación.

Jaime con su flamante gorro arrocero

Lo gracioso de esta foto es que ¡casi les hacía más ilusión a ellas hacerse la foto con nosotras! ni sé las fotos que nos hicieron.





Después de visitar el templo nos dirigimos de nuevo hacia nuestro medio de transporte del día. El sol apretaba y los sillines quemaban muchísimo, pero el subirse a la bici siempre era un alivio por la brisilla.
Nos dirigimos a ver un buda gigante que no se encontraba muy lejos.

Era tan grande que se veía desde fuera y la entrada no era precisamente barata, así que decidimos echarle una foto y dejarlo estar.
Dimos un paseo más en bici por la zona y ya cansados, a eso de las 19, acabamos dirigiéndonos a la estación de tren donde habíamos alquilado la sexta bici para devolverla.
Nos retiramos al apartamento. Pedro optó por darse una vuelta por el Yodobashi Kyoto que se encontraba alado de la estación de tren.
Después de descansar un poco, salimos a cenar a nuestro restaurante de cabecera. 





El cansancio estaba ya haciendo mella y eso que el día en bici nos dio un respiro a los pies.
Nos retiramos pronto ya que al día siguiente, para no variar, había que madrugar.
En el próximo post excursión a Hiroshima y Miyajima. ¡No os lo perdáis!
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