viernes, 14 de septiembre de 2012

Restaurante El Corral del Indianu en Arriondas

Hace algún tiempo que nos regalaron la ya extinta Smartbox "Gastronomía con Estrella" y aprovechando la escapada a Asturias y que rozábamos la fecha de caducidad nos decantamos por probar uno de los resturantes estrella de la zona El Corral del Indianu.
Se trata de un restaurante "con estrella" y nunca mejor dicho, porque es poseedor de una de las cotizadas Estrellas Michelín.
Cuando llegamos y vi la fachada del restaurante, me pareció bastante normalito, pero no podía estar más equivocada... desde luego es uno de los casos en el que las apariencias engañan.


Una vez dentro me encantó la exquisitez de la decoración, era sobria a la par que acogedora, con una mantelería impecable y una cristalera enorme por la que podías asomarte a un cuidadísimo jardín, poseedor de una de las hortensias más grandes que he visto nunca.
Los centros de mesa combinaban perfectamente con la vista del jardín, me pareció que la decoración era exquisita y te aportaba un toque de relajación.
En este tipo de restaurantes es bastante común que el servicio esté muy encima tuyo, lo que en ocasiones puede llegar a agobiarte. Me gustaría remarcar que el trato del personal del restaurante en ese aspecto fue exquisito.
Nos dejaban conversar tranquilamente hasta que venía un plato y te explicaban lo que era, te daban todo lujo de detalles y podías charlar con ellos muy amigablemente. En todo momento cuidaban de que ninguna de las copas se vaciara del todo, pero sin llegar a ser agobiantes. Me gustó mucho este equilibrio entre la intimidad y el buen servicio.

Debo señalar que al ir con la smartbox íbamos a un menú cerrado, el cual podéis ver a continuación:

Aunque inicialmente la bebida ofrecida con el menú degustación era una Sidra de la Casa, nos dieron opción a cambiarlo por un crianza o un blanco, lo que rechazamos amablemente ya que nos gusta mucho la sidra y nos habían comentado que esta que servían era especial y de una excelente calidad. Aún así un gran detalle por su parte.
Para el que le interese, se trata de sidra de la Casería San Juan del Obispo, la cual no es necesario escanciar, con lo que permite consumirla con una máxima tranquilidad.

Para abrir boca, comenzamos con un entrante de cortesía que no venía en la carta. Se trataba de una copita con crema de queso y membrillo (para nada empalagosa) recubierta de frutos secos, que estaba riquísima.

Además nos sacaron dos rebanadas grandes de hogaza de pan y dos crujientes de pan para que probáramos diferentes sales acompañadas de aceite de oliva virgen: sal volcánica, sal de rosa del Himalaya y sal normal (de una calidad tipo Maldon) 


Seguimos con el primero de los entrantes que se trataba de un bombón de Cabrales, que lo habría llamado micro-bombón de Cabrales y que estaba delicioso, aunque se hacía algo escaso, supongo que la finalidad de lo pequeño del tamaño es guardar hambre para el resto de platos.
Después del bombón nos sirvieron con una ternera atunizada bastante sorprendente. No sé como la atunizarán pero vamos, parecía atún!
Normalmente me suele gustar el tartar de atún, pero me suele sentar mal. Pues bien, de esta manera degusté la ternera que me supo parecido al tartar de atún y no me sentó mal.
Proseguimos la experiencia con una especie de evolución del pan tumaca muy interesante. Se presentaba en forma de puding cubierto con una capa de gelatina, virutas de jamón y tomate natural, todo ello regado con aceite de oliva virgen y una hoja de menta.
El último de los entrantes fue el que nos conquistó el estómago y aunque ya nos lo había avisado el chico que nos presentaba los platos, nos sorprendió lo rico que estaba.
Se trataba de unas patatas vaciadas y rellenas de carne acompañadas de un crujiente de patata y de una salsa de carne y puré de patata.


En este punto yo por lo menos ya empecé a llenarme, lo cual lo rematé con el plato que llaman "Sabores de antaño, texturas de hoy", una deconstrucción de fabada asturiana que esta deliciosa.
Después de la fabada pasamos al pescado. Una merluza a la sidra que a mi me pareció que se les había quedado poco hecha, pero como con este tipo de menús nunca sabes, probé a ver qué tal y mi conclusión fue la misma, para mi gusto le faltaba una cocción, pero estoy segura de que se presentaba así a propósito, porque no es el tipo de restaurantes que pasan estas cosas por alto... para mi el plato al que le podría la nota más baja, no obstante se pondría comer y estaba correcto.
A las carnes llegué con el corazón en un puño, o mejor dicho, con el estómago en un puño... estaba realmente llena! Aunque bueno, tengo que decir que mi acompañante se encontraba bien, con lo que depende del estómago de cada uno, por supuesto.
Nos sacaron una carne en su jugo acompañada con un pimiento del piquillo, una rejilla de queso, salsa de queso y crema de dulce de membrillo (o manzana)
Estaba muy buena y los sabores contrastaban perfectamente, pero fui incapaz de acabarme el plato.
Finalizamos la comida con arroz con leche. Me pareció que el postre podría haber sido más elaborado, a fin de cuentas el arroz con leche se lo puede hacer cada uno en su casa sin demasiadas complicaciones, pero tengo que destacar lo rico que estaba, era realmente bueno y la superficie se presentaba como si fuera crema catalana. No defraudó en absoluto. 

Y con esto concluimos nuestra visita al restaurante "El Corral del Indianu" el cual nos pareció un restaurante digno de visitar si andas por la zona.
Además nos fijamos en que existía un menú degustación muy parecido al que probamos por unos 42€/pers aproximadamente, lo que no me pareció nada caro para ser un restaurante de Estrella Michelín con la calidad que pudimos corroborar en nuestra visita.
Eso sí, después de la comida fue obligado un gran paseo por la Ribera del Sella...

martes, 4 de septiembre de 2012

Restaurante japonés Shibui Bilbao


La semana pasada, mi amiga Ceci, una habitual ya de este blog con sus "Escapadas a Rabat", me comentó que había estado cenando en un restaurante japonés medianamente nuevo en Bilbao que tenía ganas de visitar, así que le propuse que lo compartiese con nosotros en el blog y aquí está su post!

La semana pasada, tuve la oportunidad de visitar dos veces este restaurante. La primera, con un par de buenos amigos, y la última una cenita en pareja.

El restaurante Shibui que en estos días cumple su primer aniversario, está en un edificio de reciente construcción, en la calle General Gardoqui, que es paralela a Gran Vía, situada entre la Alameda de Urquijo y Poza. Es importante saber bien dónde está, pues es muy fácil no darse cuenta de dónde está la puerta. 

La decoración está perfectamente estudiada. Las paredes, los techos, las luces,... nada está colocado al azar.

Bueno, pasamos al comedor. El primer día era miércoles, y había bastante gente para ser un día laborable. El segundo día, que era sábado, preferimos reservar. Al hacer la reserva, y decir que nos daba igual la hora entre las 10 y las 11, nos comentaron que era mejor a las 11, pues sería más fácil encontrar sitio en las mejores mesas. Y así fue. Cuando llegamos, nos llevaron a una mesa la lado de la ventana, que da a un patio interior grande, con un buen juego de luces y decoración. 


La atención del personal es muy buena. Son muy atentos y amables. Desde las mesas se ven las cocinas, que están divididas en dos zonas. En una barra se ven a chicos orientales, preparando (supongo) los entrantes tipo sushi. Y dentro hay gente occidental cocinando. 

Tienen una zona de reservados, donde ofrecen una carta distinta, y con una decoración especial. 3 de las paredes tienen pantallas gigantes en las que se ven imágenes de fuego y agua. Aunque no se tenga ganas, yo recomiendo visitar los baños, pues también ahí la decoración es especial.

Pasamos a la comida. Tienen dos cartas. Una es específica para sushi, sashimi, nigiri y demás entrantes japoneses. Y en la otra, se muestran los demás platos (entrantes, ensaladas, carnes, pescados, postres,...). 

El primer día compartimos 3 entrantes: langostinos picantes, rollos de primavera al estilo japonés, y tempura de calamar, langostinos y verdura. Para mi gusto los langostinos picaban un poco más de lo que habría preferido, pero los rollos y la tempura estaban muy buenos. La tempura venía con su propia salsa de soja, que era un poco más dulce (y rica a nuestro gusto) que la que se usa con el resto de platos y te ponen en la mesa.
Entrantes. No pudimos resistir las ganas de probarlo antes de hacer la foto
Para acompañar la comida elegimos un Lambrusco (muy rico) y agua.

De segundo, dos de nosotros elegimos solomillo de buey y la tercera eligió pollo salteado con salsa teriyaki. El solomillo venía en una fuente que hacía la vez de piedra. Estaba caliente, y se seguía cocinando. Venía acompañado de verduras. El pollo viene en una fuente casi semiesférica, con mucha salsa acompañado de verduras.
Pollo salteado con salsa teriyaki.
Los dos platos, aunque muy distintos, estaban muy buenos. 

Lo cierto es que después de los entrantes y el plato, aunque no son raciones muy grandes, ya estábamos bastante llenos. Así que, en lugar de postre, elegimos unos cócteles. 
El primero, se hacía llamar "Mojito Yuzu" que llevaba ron añejo, azúcar moreno, zumo de maracuyá y fresas. Estaba de muerte. Después de visitar su web he podido comprobar que es una de las creaciones estrella de su carta creado por Jon Nafarrete, maitre del restaurante.

Y el segundo, que no nos gustó tanto (sólo al que lo pidió, jeje) era de whisky japonés y martini rosso. 

El precio no es barato, pero creo que tampoco es excesivo para la calidad que tiene. Nos salió por 36€ cada uno.

Y la segunda visita fue en sábado. El servicio fue muy rápido, no tardaron casi nada en salir los platos. En una hora ya habíamos cenado. Lo primero que tomamos fue unos nigiris de vieira y anchoa, que estaban buenísimos. La vieira se deshacía en la boca, y la anchoa tenía un sabor muy intenso. Hicimos bien en tomar primero el de vieira, porque el sabor de la anchoa es más fuerte, y si lo hubiéramos tomado en el orden inverso, no habríamos apreciado tan bien el de vieira.

Y de segundo, mi acompañante eligió el solomillo de buey de wagyú (Kobe). Como el solomillo de buey, viene en la fuente/piedra, con el acompañamiento de las verduras. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de probarlo, y no le defraudó en absoluto.

Yo elegí el pollo salteado que eligió mi amiga en la primera visita. Iba a tiro hecho, pues ya lo había probado.

Como el entrante había sido mucho más ligero que la primera vez, elegimos postres: él, muchi de té verde y yo canutillos de piña rellenos de crema Umeshu.
Muchi de té verde.

Canutillos de piña rellenos de crema umeshu.
Lo cierto es que son postres a los que yo no estaba acostumbrada, así que la próxima vez que los pruebe, me gustarán más. El canutilo me gustó mucho, pero venía acompañado de un helado con un sabor demasiado distinto de todo lo que conozco, así que no lo supe apreciar.

Esta vez nos salió más caro, pero hay que tener en cuenta que el buey de Kobe es muy caro. Nos salió por casi 50€ por persona.

En resumen: es un sitio que me ha gustado mucho. Aunque no he estado en Japón, he comido en varios restaurantes japoneses en distintas ciudades, y a día de hoy puedo decir que es el mejor en el que he estado.

Si queréis más información, podéis visitar su página web en la que he podido ver que también tienen otro restaurante en Barcelona.
Después de ver la carta de la web, os puedo decir que no coincide exactamente con la del local, sobre todo en los cócteles. Pero la comida sí se aproxima más a la que se ofrece en el restaurante.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Playa de Gulpiyuri en Asturias

Asturias siempre es un buen sitio para desconectar unos días, ya que está provista de buenos paisajes y buena comida, sinónimo perfecto de una buena escapada.
En mi afán por descubrir sitios nuevos y ojeando un libro del hotel en el que estábamos alojados "Asturias desde el aire", descubrí un rincón singular que me apetecía conocer, la playa de Gulpiyuri.

Se trata de una playa bastante singular, debido a que dista del mar abierto unos cien metros.
¿Cómo es posible?
Mejor vemos unas imágenes para hacernos una idea.


Curioso ¿verdad?
Si os animáis a visitarla, tendréis que encaminaros hacia la costa oriental Asturiana, concretamente al pueblo de Naves. Si vais por la autopista A-8 desviaros por la salida 313, girando en el primer desvío hacia la derecha si venís desde Santander y girando a la izquierda si venís desde Oviedo.

Nosotros al final nos quedamos con ganas de conocerla, ya que la climatología no acompañaba demasiado, pero es un sitio que me queda pendiente en mi lista de "cosas por hacer en Asturias"

sábado, 1 de septiembre de 2012

Sidreria Cabañón

Desde hace tiempo tenía curiosidad por parar a comer en la Sidrería Cabañón en Naves, ya que es donde normalmente mi padre compra la sidra cuando va a Asturias y siempre me había comentado que estaba muy bien.

Así que aprovechando que pasábamos por allí y que nos había pedido que hiciéramos una paradita para proveerle de sidra, nos quedamos a comer.
Se trata de una sidrería de trato familiar, con un patio interior cubierto y decorado con temática de sidrería, además del patio tiene también una zona interior bastante amplia.
Pedimos mesa para dos sin previa reserva y nos dejaron escoger entre el comedor interior y el patio. Hacía buen día así que preferimos comer en el patio.

Todos los elementos de la carta son caseros y las raciones abundantes.
Para abrir boca pedimos una ración de croquetas de cabrales y unos chopitos.


Ambos platos estaban muy bien, aunque los chopitos estaban demasiado rebozados para mi gusto, aún así se notaba que eran frescos.
En mi opinión, nos equivocamos con los entrantes, porque después de estos dos platos ya estábamos casi llenos y habíamos pedido un plato principal cada uno!
Para otra ocasión tendremos en cuenta lo generoso de las raciones para no pasarnos con nuestra elección.
Como platos principales pedimos Rabo de toro envuelto en queso semicurado y un cachopo. Para el que no lo sepa, un cachopo es un plato típico asturiano, se trata de un filete con jamón y queso empanado, otros lo llamamos San Jacobo! Lo que varía son las dimensiones, que por norma suelen ser bastante grandes en un cachopo.

Rabo de toro desmigado envuelto en queso semicurado.

Cachopo, fijarse en las dimensiones del tenedor para hacerse una idea del tamaño.
Ambos platos estaban muy buenos, pero si me tuviera que quedar con uno me quedaría con el Rabo de Toro, que se presentaba desmigado y envuelto en unas lonchas de queso semicurado y acompañado de unas cebollas chalotas y patatas fritas, todo muy casero.
El cachopo se acompañaba de una muy generosa ración de patatas fritas.

Llegamos al postre muy llenos y cambiamos las tartas que nos ofrecían por un cortado y un helado de cono.
Para acompañar la comida, cambiamos la tradicional sidra por el agua, debido a que teníamos que continuar el viaje y coger el coche.
La cuenta ascendió a 48.10€, lo cual nos pareció que se correspondía perfectamente con lo que habíamos comido.
Para el que le interese, venden las cajas de sidra natural en cajas de 6 y 12 botellas, la caja de 6 botellas tiene un costo de 12€ y la de 12 botellas de 20€ y es de una calidad excelente.
También me gustaría resaltar lo bonito de los alrededores del restaurante, de hecho, me llamó la atención una placa que se puede observar en el pueblo que cita que Naves fue elegido el pueblo más bonito de Asturias en 1961. Me llamó bastante la atención la verdad... es un pueblo bonito y creo que sobre todo es porque sus vecinos lo hacen bonito manteniendo sus fincas cuidadas a la perfección, os pongo unos ejemplos de ello, para que os hagáis una idea.

La Sidrería Cabañón me parece una muy buena elección para hacer una paradita y cargar con unas botellas de sidra y ya de paso quedarse a comer, eso sí, ir siempre acompañado de un buen apetito!
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