sábado, 12 de octubre de 2013

Llegada a Japón, museo Ghibli y Ginza.


Tras  meses de preparación: búsqueda de vuelos, hoteles, itinerarios, entradas... ¡el día ya había llegado! o mejor dicho: Empezaba el viaje ¡YA!
La primera parte del grupo (4 de nosostros) empezamos desde bien prontito, concretamente a la 1 de la mañana saliendo desde la estación de termibús en Bilbao y llegando sobre las 6 de la mañana a la T4 de Barajas.
Las claras ventajas del viaje en autobús: económico, sin límite de peso en la maleta y aunque largo ¡muy cómodo! salir del centro de Bilbao y llegar al mismísimo aeropuerto es perfecto.
La mayor desventaja, el viaje nocturno en autobús, no apto para la gente que no duerme en medios de transporte (como yo) y la espera en Barajas a que salga el vuelo (que tampoco fue para tanto porque salía sobre las 10:00)
Después de la facturación, embarcamos y en algo más de 2 horas y media nos encontrábamos en el aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam, el cual me pareció que estaba genial y tuvimos que atravesar de punta a punta para coger el vuelo de enlace con la capital Nippona.
Como ya os he comentado en post anteriores, el viaje lo hicimos con la compañía aérea KLM, donde el personal de abordo nos trató muy bien.
Tras 11 horas de vuelo, en las que es importante dormir bien, llegamos con muchísimo entusiasmo al aeropuerto de Narita ¡ya estábamos en Japón!

Tras llegar y recoger las maletas, lo primero que hicimos fue acercarnos a un puesto de información para proveernos de mapas y que nos indicaran donde estaba la oficina de JR, donde podríamos canjear nuestros JR Pass.
Una vez allí, hicimos una pequeña cola para canjearlos, pero como están muy bien organizados, mientras esperas vas rellenando de forma manual tu pasaporte de viaje.
Cuando llegas donde la chica de atención al Cliente del JR Pass te pregunta a partir de qué día quieres canjear el JR Pass y te realiza todo el papeleo, el cual incluye plastificar de forma manual la parte trasera del JR Pass, lo cual nos pareció una manualidad un poco rara para el país tan avanzado en el que nos encontrábamos.
Además de canjear los JR Pass, le pedimos billetes para el Narita Express, que es el tren que conecta el aeropuerto de Narita con Tokyo.
Por 3500 yenes, nos dieron el siguiente combo de tickets de Narita Express y la tarjeta de transporte Suica (válida para todas las líneas JR) con un saldo de 2000 yenes.
Además si decides devolver tu tarjeta Suica, te devolverán 500 yenes adicionales.
Tardamos algo más de 50 minutos en llegar a la estación de Tokyo, donde tuvimos que hacer transbordo para coger el metro con destino "Kayabacho", la que a partir de ese momento sería nuestra estación de cabecera.


En este punto creo que es importante comentaros varias características del metro de Tokyo:

  • Es algo lioso, porque está gestionado por dos compañías diferentes "Toei" y "Metro Tokyo". Esa particularidad provoca que los tickets de una compañía no funcionen en la otra, o que te quieras meter por una zona de metro que no te corresponde. Como todo, cuando te sitúas, aprendes a diferenciarlos.
  • Para coger un ticket, se deben mirar los carteles superiores de las máquinas donde vendrá el nombre de destino y la tasa a abonar. A la hora de comprar el ticket, no se marca la estación, sino el importe del ticket deseado.
  • Los japoneses no hablan por el teléfono móvil en los vagones de metro, aunque no está mal visto utilizarlo para navegar por internet. El motivo es que por norma general cogen el metro en silencio y aprovechan el viaje para descansar y echar una pequeña cabezadita.
  • Ojo con estornudar en el metro o sonarse la nariz de una manera exagerada, porque para los nippones es una falta de educación, así que habrá que ser discretos con estas cosas. Son muy escrupulosos y utilizan mascarillas al mínimo síntoma de resfriado para no contagiar al resto de personas.
  • El metro en hora punta es un auténtico hervidero, donde te verás arrastrado por la marea humana. En hora punta hay que tener en cuenta:
    • Existen colas de acceso a los vagones y obviamente no está bien visto colarse.
      Mireia y Maitane haciendo cola para acceder al vagón de mujeres, Al fondo, los chicos haciendo cola para otro vagón.

    • Existen vagones de "Sólo mujeres" habilitados en un horario especifico y que vienen marcados por el siguiente distintivo: 
    • Existe el famoso personaje llamado "Empujador de guantes blancos", encargado de empujar a la masa de forma ordenada, si fuera necesario, para entrar en los vagones.
    • La salida del metro se hace a la forma japonesa, es decir, haciendo cola y perfectamente ordenados.
Al llegar a Kayabacho pusimos rumbo al hotel: Hokke Inn Nihonbassi, donde nos guardaron las maletas, ya que era pronto para hacer el checkin.
De allí cogimos el metro para encaminarnos al museo de los estudios Ghibli, ya que teníamos entradas para ese día.
Sed generosos con el tiempo para el día de llegada. En nuestro caso tuvimos que suprimir del plan un par de cosas y encajarlas otros días.
Aunque en el avión nos habían dado bien de comer, a esas horas empezaban a rugir los estómagos, así que de camino al museo compramos lo siguiente en una tienda del metro. Nuestro primer contacto con la comida en Japón:
Esta especie de nugget gigante era una especie de masa de patata rebozada. Estuvo bien para quitar el hambre, aunque no nos emocionó, pero ya habíamos entrado en la aventura de la comida en Japón.
Visitamos el museo, que no es demasiado grande y tiene cosas interesantes, como las máquinas con las que se empezó a grabar la animación en 3D y el corto de 5 minutos que te ponen al final de la visita.
Las imágenes que os muestro a continuación son de los exteriores, ya que está prohibido hacer fotos en el interior.



Jaime con Totoro en la antigua entrada, como un niño con zapatos nuevos.
Lo que más me gustó del museo fue su edificio de cuento y su jardines. Aunque la exposición es interesante, tampoco me impresionó.
Creo que es un "must" para fans, pero si no conoces de nada la obra de estos estudios, tampoco recomendaría la visita, sobre todo porque se pierde bastante tiempo en ir, ya que está situado en un barrio alejado del centro. Aún así, es inevitable sentirse por un rato como un niño dentro de estos estudios.

De allí nos dirigimos a la zona de Ginza, para ver la zona y cenar prontito, ya que había ganas de retirarse al hotel a descansar para coger el siguiente día con fuerza.
Ojo con el chico de la derecha que quería salir en la foto.
Edificio Wako, en el cruce de Chuo-Dori con Harumi-Dori
Edificio de Channel, cuya fachada en una gran pantalla que cambia continuamente.
De allí nos fuimos a cenar a un restaurante de comida oriental, no era de comida exclusivamente japonesa, de hecho recuerda bastante a la comida china.

Gyozas, entrante típico japonés,







Como ando un poco mal de japonés y los dueños de este local no tenían nada puesto en inglés, se me hace imposible deciros el nombre del sitio. Lo que si puedo deciros es que estaba bastante cerca de la salida de metro de Ginza y alado de una frutería.
La cena estuvo bien, pero me gustaron más otras y otro tipo de restaurantes que me parecieron de auténtica comida japonesa, pero todo estuvo rico.
De allí nos dirigimos al hotel, había que recuperar fuerzas que el día siguiente sería un día muy completo.

viernes, 4 de octubre de 2013

Antes de llegar a Japón

Antes de llegar a Japón hay que pensar si existe alguna cosa que tenemos que realizar con antelación.
En nuestro caso fueron 3 cosas:

Reservar entradas para el museo Ghibli
Es recomendable hacerlo, porque existe gran demanda por visitar el museo de los Ghibli Studios, considerados por la crítica especializada como uno de los mejores estudios de animación a nivel mundial. 
El museo permanece cerrado los martes y en nuestro caso las entradas nos las gestionó la misma agencia que nos sacó los JR Pass. No es demasiado sencillo obtener las entradas, pero aquí tenéis algo más de información sobre el tema: Información entradas Ghibli Museum


Obtener permiso de acceso para los palacios imperiales que queráis visitar. En nuestro caso gestionamos el acceso al Palacio Imperial de Kyoto, el cual se recomienda que se gestione al menos con un mes de antelación para asegurarnos la entrada el día que queremos a la hora que mejor nos venga. 
La visita al Palacio se trata una visita guiada de una hora. Existe la posibilidad de hacerla en inglés o en japonés y si queremos ver el palacio tendremos que asumirlo aunque haya alguien que no entienda ni papa de ninguno de los dos idiomas.
Este permiso se puede obtener en la web del Palacio Imperial




Otra de las cosas que pensamos fue que sería muy interesante tener internet en el móvil para poder buscar dudas que nos surgieran por el camino y sobre todo para consultar Google Maps. 
Así que los chicos más técnicos del viaje indagaron un poco sobre el tema y nos comentaron que iban a coger un router móvil con tecnología WIMAX (Pinchad sobre el enlace si queréis saber más sobre el tema) que en lo que se traduce es que teníamos que llevar un aparatito como este encima:
Que nos permitía conectarnos a su red WIFI y tener internet mientras la autonomía de aparato nos lo permitiera (8 horas aproximadamente, con lo que es buena idea apagarlo cuando no se vaya a usar)
A nosotros nos costó unos 65€ por toda la estancia y lo contratamos en esta página: Rentafone Japan.
Es sencilla la forma de hacerte con él, ya que te lo envían por paquetería al hotel, de tal forma de que cuando llegamos ya estaba allí y para devolverlo bastaba con utilizar el mismo embalaje y dejarlo en un buzón de correos (nosotros lo dejamos concretamente en el aeropuerto)

Y con esto terminan las cosas que gestionar antes de ir a Japón, ahora solo queda hacer las maletas y empezar el viaje ya! Nos vemos en Japón! 
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