miércoles, 28 de agosto de 2013

Dulce Verona

¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana?
El día anterior a finalizar nuestra escapada a Venecia, decidimos coger un tren y plantarnos en Verona, ciudad en la que Shakespeare inspiró su famosa obra "Romeo y Julieta"
Salimos desde la estación de Santa Lucía en la propia Venecia.
En un principio habíamos ojeado unos billetes de tren de alta velocidad que en una hora nos dejarían en Verona y el coste de los mismos ascendía a  23€ por persona y trayecto.
También habíamos pensado en coger la línea 1 del Vaporetto que nos dejaría en la estación, pero todo se complicó cuando estábamos esperando en la parada de Vaporetto de Rialto y una señora se nos acercó para decirnos "Vaporetto Sciopero" ¿Qué?
Pues dio la casualidad que una de nosotras se acordaba (de un curso que dio en su día de italiano) que "Sciopero" significaba "Huelga". ¿Quéeeeee?
Pues allí que nos atravesamos toda Venecia andando, o más bien corriendo para intentar coger el tren que al final perdimos.
Acabamos cogiendo un tren regional cuyo coste ascendia a 7,5€, es decir, mucho más económico, pero que tardaba 1h 40 min y que encima se alargó por una caída de tensión.

A nuestra llegada lo primero que hicimos fue comprar un mapa por 4€ ya que no encontramos oficina de turismo y no teníamos ni idea de qué ver en la ciudad.
Empezamos nuestro preiplo por Verona en la plaza Brá, donde vimos lo que creo que es el icono principal de Verona (con permiso de la casa de Giulietta) "La Arena".

Después nos encaminamos a la Piazza dei Signori y continuamos por el Arche Scaligere.
Era un día lluvioso y estábamos hambrientas, así que decidimos parar a comer en la Osteria al Duca, la cual nos enteramos que estaba pared con pared con la que dicen que fue la casa de Romeo, lo cual le aportó más magia si cabe a la comida.
 Esta parada mereció muchísimo la pena. Disponían de un menú muy variado por un precio de 17 euros, que no incluía ni bebidas ni postres, lo que seguía la línea del resto del viaje.
A continuación podéis echar un ojo al menú, aunque la foto no sea demasiado buena...
Probamos diferentes pastas, las berenjenas y la carne de caballo, todo estuvo buenísimo! 





Especial atención al vino, de la región de Véneto, el cual nos gustó mucho.
De postres optamos por el tiramisú, típico de la zona y finalizamos con unos cafés. 
Saliendo de España, suele pasarme que no sé muy bien qué debo pedir para que me saquen el café que yo quiero, así que sacamos unas fotos a los diferentes cafés para que veáis las diferencias:
Caffé Latte. Lo que consideraríamos un café con leche bastante grande.

Espresso Macchiato. En España esto sería un cortado.

Espresso. Café sólo.
Después de la copiosa comida continuamos con nuestra particular ruta turística por Verona, donde la siguiente parada fue la casa de Giulietta, lo que considero que es el gran reclamo turístico de esta bonita ciudad.
En ella nos encontraremos una escultura que representa la figura de Giulietta debajo del mítico balcón de la novela, aunque indagando un poco por internet, he leído que no se puede asegurar que los Capuleto vivieran en esa casa y menos que el balcón sea verdadero, ya que debe ser un añadido de 1928.

Aún así, se forman colas para tocar el desgastado seno de Giulietta, para escribir una declaración de amor en su abarrotada pared, que a mi modo de ver, la irán pintando de blanco cada X tiempo o para colocar un candado como símbolo de amor.


En nuestro caso, que somos muy románticas, compramos un candado al que le pusimos nuestros nombres y la fecha, como símbolo de nuestra amistad y más tarde depositamos la llave en el Gran Canal de Venecia, lo cual fue como muy bonito ¿no?

De ahí nos dirigimos a dar un agradable paseo por la ribera del Río Adigio que atraviesa el centro de Verona. Un paseo muy recomendable que empezamos en el Ponte Navi y terminó en el ponte Pietra, donde se tienen unas vistas estupendas del anfiteatro romano y el castillo de San Pietro. Con un poco más de tiempo y un día menos lluvioso, hubiese estado genial pasar por el ponte Pietra a la otra orilla del Adigio e incluso subir al "Castello".

Después dimos una vuelta por el centro y finalmente pusimos rumbo a Venecia en tren.
Me gustó Verona, aunque la lluvia desmereció la visita. El ahorro del tren fue considerable, pero siendo esta una escapada corta, creo que hubiera merecido la pena coger el tren de alta velocidad.
Aunque me gustó mucho la ciudad, quizás hubiera estado mejor dejarla para visitarla en otra ocasión y disfrutar otro día entero de Venecia o quizás medio día, dejando el otro medio para visitar alguna fábrica de cristal en Murano.
Y con esto termina nuestra escapada a Venecia! Espero que os haya gustado y que os sirva de ayuda para planear vuestra propia escapada, ya sabéis que si tenéis algo que añadir, podéis hacerlo por los comentarios.
Y en próximas entradas... Japón!!
Licencia de Creative Commons
Que empiece el viaje ya by Janire López Irazu is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en quempiecelviajeya.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://quempiecelviajeya.blogspot.com/.