jueves, 5 de mayo de 2016

Día 9: Cusco. El corazón del Perú.

Comenzamos el día con un buen desayuno en el alojamiento que escogimos en la ciudad de Cusco. 
La casona Les Pleiades es un sitio céntrico, bonito y con un buen desayuno ¿qué más se puede pedir? un servicio atento, amable y un precio aceptable. Además con secador en recepción :-D
Huevos revueltos y tortilla en el desayuno de la casona Les Pleiades
Nos dirigimos hacia la Plaza de Armas. Era Domingo y había desfile, lo que suele ser habitual. La ciudad recibe la visita de diferentes agrupaciones, las cuales desfilan delante de lugareños y turistas.
La música domina el ambiente de la plaza y la gente se agrupa en las escaleras. Se nota que es día de descanso y que los locales se han echado a las calles para disfrutar de él.

Como la catedral se encontraba cerrada, aprovechamos para sacar unas fotos de la Plaza y seguimos con la ruta por el centro histórico.
Cruzamos a la Plaza de Regocijo por una calle peatonal y seguimos paseando hasta la Plaza San Francisco. En la calle Garcilaso, que comunica las dos plazas, podemos acceder a un patio interior que nos llevará al museo del chocolate.
Se trata de un museo gratuito donde explican todo acerca del cacao, realizan cursos y venden múltiples artículos relacionados con el chocolate.Estuvo chulo y se ve rápido.
Patio interior del choco museo
Después bajamos a la Plaza San Francisco, donde se encontraba la iglesia con el mismo nombre. Echamos un vistazo rápido y nos acercamos a los puestos de comida que allí se encontraban.
Estaban abarrotados y alucinamos con las comidas diferentes que allí se servían. La única pena es que sabíamos que no nos podíamos permitir comer aquellos manjares, ya habíamos tenido suficiente con una intoxicación alimentaria en el viaje. Aún así, curiosear no era problema.

Después nos dirigimos hacia el mercado de San Pedro, cruzando por la puerta de Santa Clara.
Debido a la jornada dominical, la mayoría de los puestos del interior del mercado, se encontraban cerrados. Pero nos encontramos de nuevo con multitud de puestos de comida en los alrededores del mercado, donde los locales disfrutaban por un módico precio de guisos variopintos.

Después cogimos la calle Márquez y nos dirigimos hacia la avenida Sol, donde nos volvimos a encontrar con el desfile militar.
Paseamos por la avenida, encontrándonos con el museo de Arte Popular primero, después con el Jardín Sagrado, el centro Quosqo de arte nativo (donde volvimos otro día para disfrutar de un gran espectáculo) y terminamos el paseo en el gran mural de 14 metros de largo que se encuentra en esta avenida.

Nos empezaba a entrar hambre, así que miramos en tripadvisor algún sitio con buena pinta para comer algo y nos acercamos al Café Morena, que figuraba como número 1 de 500 restaurantes en Cusco.
No creo que sea el mejor restaurante de Cusco la verdad... Los pisco Sour eran de lo mejorcito, no estaba mal de precio y la comida estaba bien, pero tampoco lo recuerdo tan bueno como para ostentar ese primer puesto, desde mi punto de vista... comimos en sitios parecidos y mejores en la ciudad.

Después de la comida, nuestro objetivo era subir hasta las ruinas de Quenqo y Sacsayhuamán y nos pusimos a ello. Habíamos leído en la guía que se podía subir andando, así que subimos hasta la calle Tandapata, donde habíamos leído que se podía empezar a subir hacia nuestro destino.
Atravesamos barrios y más barrios, yendo todo el tiempo cuesta arriba y preguntando a los lugareños cómo llegar hasta Quenqo. Nos guiaron sin problemas hasta que alcanzamos la carretera de circunvalación 28G.

En ese momento continuamos andando por la carretera, hasta que nos topamos con lo que no podía ser otra cosa que el famoso Cristo Blanco de Cusco (lo cual fue una grata sorpresa, ya que no teníamos ubicado que se encontrara allí :-D)

La tarde iba callendo y temíamos quedarnos sin luz en medio de la visita a Sacsayhuamán, así que dejamos atrás el Cristo Blanco y nos dirigimos a la entrada de las ruinas, donde pudimos adquirir un boleto turístico que por un importe de 130 soles por persona, nos permitiría el acceso durante los siguientes 10 días a las siguientes atractivos turísticos:
Saqsaywaman, Q'enqo, Puka Pukara, Tambomachay, Pisac, Pikillaqta, Tipon, Chincheros, Ollantaytambo, Museo de Arte , Popular, Qoricancha, Centro Qosqo e Inka Pachacutec.

Tanto las ruinas de Sacsayhuamán como las vistas de la ciudad de Cusco desde ese punto, resultaron ser impresionantes. 


Aunque nos dio tiempo a ver las ruinas, quizás echamos de menos visitarlo con algo más de tranquilidad.
Aquí os dejo unas fotos, para que os hagáis una idea de la majestuosidad de las mismas.




De seguido, un chico que se nos había ofrecido anteriormente como guía, nos acercó al centro de la ciudad por un módico precio y quedamos con él para realizar un tour al día siguiente (aunque finalmente no lo hicimos, ya que nos dejó plantados :-( )

Dimos unos paseos por la cantidad de puestos de artesanía que están desperdigados por toda la ciudad y finalmente, buscamos un sitio para cenar.
Acabamos en el restaunte Nuna Raymi. La cena estuvo correcta, pero tampoco especialmente reseñable.

Y con esto concluyó nuestro primer día en Cusco, el corazón del Perú.



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