Comenzamos prontito visitando el Mercado de Rialto, es un mercado al aire libre con un colorido especial y mucho encanto debido a la cercanía al gran canal.
Vista del Gran Canal desde el Puente Rialto |
De allí bajamos hasta la Plaza San Marcos. Venecia es un auténtico laberinto, por eso es muy útil guiarse por los carteles amarillos que se encuentran en casi todas sus calles, aunque de vez en cuando se les olvida poner un cartel en un cruce y ya está liada!
La bajada hasta San Marcos para nuestra suerte, no tuvo pérdida. La Basílica es realmente espectacular, pero fue una pena que la mitad estaba cubierta por obras, algo muy típico en Italia.
Detalle de las pinturas de las portadas de la Basílica de San Marcos |
Interior de la Basílica de San Marcos |
Vistas desde el mirador de la Basílica de San Marcos |
Tuvimos que pagar 5€ por subir al mirador que se encuentra en lo alto de la catedral. Pero merece la pena ver la perspectiva de la plaza desde lo alto.
De allí fuimos a buscar un restaurante para comer, sabiendo que estábamos en la parte más turística y por lo tanto más cara de Venecia.
Nos descantamos por un sitio pequeñito pero con encanto llamado "Anima Bella"
Una de las cosas que nos atrajo fue la variedad de platos de pasta que anunciaban desde la cristalera, pero al final nuestras opciones se redujeron a elegir entre dos tipos de pasta y unas pocas salsas.
En cuanto a entrantes fue bastante peor, porque no tenían y tuvimos que decirles a ver si nos podían hacer unas ensaladas.
Las ensaladas fueron un par de mixtas de toda la vida y nos las cobraron a 10.50€, una pasada...
Los platos de pasta la verdad es que estaban muy buenos, se notaba que se trataba de pasta fresca hecha por ellas mismas, pero claro, estando en Italia, tampoco nos esperábamos menos!
La verdad es que nos pareció bastante caro para lo que comimos: 2 ensaladas para 6, un plato de pasta por persona y una botella de vino (bastante malo por cierto) ascendió a algo más de 24€/persona. Aquí podéis ver la cuenta, el último apartado es lo que te cobran por el servicio, que además no es que fuera excelente precisamente...
Aunque todo estuvo rico, calidad-precio no lo recomendaría.
Después de comer dimos otra vuelta por la plaza y disfrutamos un poco del sol que estaba en pleno esplendor y enseguida pusimos rumbo al Palacio Ducal y al famoso Puente de los Suspiros, que está justo detrás de la plaza. Para los más curiosos, este puente se llama así debido a que por allí pasaban los prisioneros a los calabozos del Palacio Ducal después de ser condenados y suspiraban porque posiblemente fuera la última vez que iban a estar en libertad.
Vista de San Giorggio Maggiore desde la Plaza San Marcos |
Puente de los supiros |
Nos pusimos las pilas (porque nos estaba entrando modorra) y nos adentramos en pleno Barrio San Marcos para callejear un poco, donde asaltamos la primera heladería que vimos para probar los famosos helados italianos, que no decepcionaron.
Nuestro paseo por el barrio terminó en el puente de la Academia, donde vimos unos cuantos gondoleros y tras preguntar precios nos decidimos a dar un paseo en Góndola.
Las tarifas que nos ofrecieron para las 6 fueron:
- 80€ por 40 minutos.
- 120€ por 50 minutos.
- 150€ por 1 hora.
Al final nos decantamos por la opción intermedia, aunque después del viaje nos dimos cuenta que hubiera sido suficiente con la primera opción.
El viaje en Góndola merece muchísimo la pena, desde luego lo considero un "Must" en un viaje a Venecia... Nos encantó!
Antes de subir a la góndola, con el puente de L'Academia de fondo |
Detalle de la punta de la góndola, Al fonfo la Basílica de Santa Maria de la Salute |
Dentro de un canal pequeño |
Después de meternos en una exposición y probar un poco de queso y Prosecco por la cara, hicimos una vista a los exteriores de la Basílica di Santa Maria de la Salute.
Instantánea de uno de los canales de "Dorso Duro" |
El arte en la calles de "Dorso Duro" |
Nos paramos en un bar llamado "Corner Pub" que resultó ser todo un acierto! Un bar no frecuentado por turistas y en el que nos cobraron 15€ por 6 Spritz bastante grandes y un picoteo a base de cacahuetes y patatas (si no recuerdo mal)
El Spritz es una bebida alcohólica de sabor amargo que nos encantó y nos decepcionó a partes iguales, ya que a tres de nosotras nos encantó y a otras tres no nos gustó.
Ya metidas en harina pensamos que lo mejor sería seguir de rondas y nos llamó la atención la animación que se veía dentro de la "Osteria Ai Pugni", situada en Ponte dei Pugni en Dorsoduro.
Fue todo un acierto, mucha animación, Spritzs y variedad de cervezas (cosa que nos costó ver en Venecia)
De allí nos fuimos a un pub en Campo Santa Margarita para finiquitar la noche.
Nos gustó mucho el ambiente de este barrio! Totalmente recomendable para hacer otro tipo de turismo.
Y con esto acabó nuestro segundo día en Venecia. En el próximo a Post os contaré nuestra excursión a Burano (con "B") y un rápido paseo por el barrio judío. Hasta la próxima!