miércoles, 26 de febrero de 2014

Día 6. Visita a la región de Hakone.

Comenzamos el día bien pronto disfrutando de un desayuno express en el autoservicio del hotel.
Con las maletas ya preparadas pusimos rumbo hacia la estación de Tokyo donde cogimos el Shinkansen Hikari 503 de las 7:33.
Este día empezamos a hacer uso del JR Pass. Con el JR Pass activo, lo único que hay que hacer para entrar a la zona de trenes es acercarse a la taquilla y enseñarle al guarda de turno el pase.

Tras 34 minutos de viaje llegamos a la estación de Odawara.
En la misma estación salimos a la zona de autobuses y cogimos el autobús que nos llevaría a Toggendai, donde teníamos pensado dejar las maletas en la recepción del hotel y empezar el día de visita.
Compramos un pase llamado Hakone Free Pass (3900 yenes), un pase muy completo que nos cubría el autobús de ida y vuelta y todos los medios de transporte del siguiente mapa:

El autobús que nos dejó alado del Fujimien Hotel tardó algo menos de una hora en realizar el recorrido. Este transcurre por una carretera de montaña con unas pocas curvas, donde nuestras maletas rodaron por el autobús una y otra vez.
Finalmente dejamos las maletas en el hotel y nos pusimos rumbo al Lago Ashi.
Vista trasera del Fujimien hotel. A la izquierda la parada de autobús (a la ida te deja en el otro lado de la carretera)
En rojo el monte Fuji.
Para llegar al lago hay que andar un ratito, pero es un camino en bajada bastante asequible y encima encontramos un atajo muy chulo que os voy a intentar explicar.
Hay que bajar por la carretera hasta llegar al centro de visitantes de Hakone. En realidad hay más centros, pero este es el único de esa zona, así que no tiene pérdida.
Desde allí sale un camino cuesta abajo rodeado de árboles que es muy bonito y por el que se ataja bastante, así que merece la pena.
En el siguiente mapa he pintado el hotel (casita amarilla), el centro de visitantes de Hakone con una "i" de información y he marcado con una línea negra el camino que baja directamente hasta el teleférico.


Camino de bajada al lago a la estación de teleférico de Togendai.
Mapa que nos encontramos en el camino de bajada y que marca los itinerarios a pie de la zona.
Cogimos el teleférico (incluido en el Hakone Free Pass) y dejamos atrás la Ubako Station para pararnos en Owakudani.

Las vistas desde el teleférico son impresionantes ¡A nosotros nos impresionó la niebla que había! :-D
El día estaba tan cerrado que llegó un momento que no se veía absolutamente nada. En un día despejado, coger el teleférico tiene que ser fabuloso.
Para que veáis que no exagero, os dejo unas fotos:
La primera parte del recorrido estaba más despejada.
A medida que íbamos subiendo parecía que íbamos directos al infierno.
Owakudani es un valle volcánico con respiraderos de azufre activo.
Tiene un mirador con una vistas impresionantes (según dicen), pero lo más famoso del lugar son su huevos negros llamados Kuro-tamago, hervidos en las aguas termales; razón por la cual se vuelven negros y se quedan con olor sulfúrico.


Se dice que la consumición de estos huevos aumenta la esperanza de vida, exactamente cada uno la alarga 7 años y os diréis ¡pues os atiborrasteis a huevos! pues no... dice la leyenda popular que solo surgen efecto hasta 17 años, es decir, que con dos huevos y medio has cubierto el tope y se dice que es imprudente el comerse el tercer huevo entero (yo creo que porque te sube el colesterol...)
Aquí os dejo unas fotos de la zona, que no es demasiado apta para asmáticos, así que me podéis ver cubierta con un pañuelo todo el tiempo (¡gracias Mai!)








Después de comer los huevos sulforosos, que a mi personalmente me supieron a "huevo duro" de toda la vida, volvimos al teleférico para poner rumbo hacia Gora.
Por cierto, después del "hamaiketako" de los huevos que te aseguran 7 años más de longevidad ves la vida desde otra perseptiva ;-P

El teleférico nos dejó en Gora, donde cogimos un autobús que nos iba a dejar en nuestro siguiente destino Hakone-Moto.
Pusimos rumbo hacia el santuario, que tiene la peculiaridad de poseer uno de los toriis en el agua que hay en Japón, el Torii del lago Ashinoko.
Un Torii es un arco tradicional japonés que suele encontrarse a la entrada de los santuarios sintoístas, estableciendo la frontera entre lo profano y lo sagrado.








Después de la visita al santuario nos dirigimos hacia el centro del pueblo para ver lo que restaba des mismo, que no es mucho, aunque tiene mucho encanto.
Fue uno de los pocos sitios en los que nos costó encontrar un sitio para comer, así que decidimos parar en un Seven Eleven y comprar algo de comida para llevar y nos sentamos en unas gradas con vistas al lago, la estampa era inigualable.

De allí nos dirigimos a buscar el famoso "Camino de Cedros" de Moto-Hakone. Un camino histórico ya que forma parte de la antigua Tokaido, la más importante de las cinco rutas que atravesaban Japón en el periodo Edo. La traducción de Tokaido es "Camino del Mar del Este".
El camino nos acercó a un mirador desde el que en días despejados se puede ver el Monte Fuji. Como ya estaréis empezando a sospechar ver a Fuji no es nada fácil...
Aunque salieron unos rayos de luz, la visibilidad era escasa, así que tuvimos que echarle un poco de imaginación...

Tras un largo rato intentando dilucidar a Fuji, decidimos ponernos rumbo a Hakone, ya que iba cayendo la tarde y teníamos hora límite para llegar al hotel ya que teníamos contratado un menú degustación para la hora de la cena y también había ganas de disfrutar del Onsen y demás facilidades del hotel.
Y menos mal, porque casi perdemos el último barco que nos llevaba de nuevo a Togendai. Un barco muy peculiar, de estilo pirata que surca el lago Ashi:


De vuelta a Togendai, deshicimos lo andado por el camino que comunicaba el centro de visitantes con el mini puerto y teleférico.
Cuando llegamos al hotel nos dispusimos a ver nuestras habitaciones ¡Estábamos ansiosos! ya que era nuestra primera vez en un alojamiento tradicional japonés y fue toda una experiencia, lo repetiría una y mil veces.
La estancia era enorme. Disponía de un pequeño recibidor con unas zapatillas para pasear cómodamente por el hotel. No por la habitación ya que el suelo es de tatami y se entra descalzo.
Al final del recibidor había un aseo con todo lo necesario, excepto ducha, ya que estamos hablando de un alojamiento tradicional japonés donde tendremos que ir al Onsen a bañarnos.
Un Onsen es un baño tradiconal japonés, donde se aprovecha el calor natural de las aguas procedentes de actividad volcánica y sus propiedades beneficiosas.



El resto de la habitación era una estancia bastante grande con suelo de tatami y decoración japonesa. Disponía de grandes armarios donde se encontraban los futones y los edredones.
También disponía de una mesa y un par de sillas de suelo y un kit de té con las mejores galletas de barquillo y sésamo que he probado.
Al fondo de la estancia disponíamos de un balcón cerrado muy relajante que disponía de un tocador.






La habitación era chulísima la verdad.
Nos reunimos con el resto del grupo y bajamos a una sala de la planta baja donde se podían coger unos Kimonos, esto lo digo para que nos entendamos, porque creo que en realidad eran Yukatas.
La finalidad de los mismos es la de bajar al Onsen, pero antes nosotros decidimos quedar para tomar un té todos juntos en una de las habitaciones vestidos de forma tradicional :-D


También aprovechamos para hacer un rato el cómico:


Después nos quitamos el atuendo tradicional y bajamos al comedor dispuestos a devorar el menú degustación que nos tenían preparado y que nos dejó a todos con la boca abierta :-O






















Vuelvo a ver las fotos y recuerdo lo buena que fue la cena, un poco de todo en pequeñas cantidades, pero pudiendo degustar cosas muy diferentes a las que habíamos probado y probaríamos.
La presentación impecable y la atención exquisita, el entorno del hotel todo naturaleza, la verdad es que sin palabras.

Después de la cena nos retiramos a las habitaciones y después de dejar reposar la cena un rato nos dispusimos a ir a los Onsen.
Los Onsen del Fujimien Hotel no son mixtos, con lo que nos separamos por sexos y nos fuimos hacia allí ¡para ver que era eso!
No se pueden sacar fotos dentro del Onsen así que pongo las oficiales del hotel.

Origen del agua caliente del Onsen.
Si os fijáis en la primera foto podéis ver al fondo unos taburetes con unos espejos enfrente que tienen un telefonillo de ducha.
Allí dispones de champú y gel y una palangana. Se supone que te tienes que sentar en el mini taburete y ducharte sentado frente al espejo.
Una vez bien limpit@ te puedes meter en el Onsen bien desnudito.
El agua estaba súper caliente y fue muy relajante. Además nos reímos un montón porque no sabíamos como funcionaban las cosas ¿Hay que entrar desnud@ a la zona de onsen? ¿hay que sentarse en este ridiculo taburete para ducharte? ¿el onsen es antes o después de la ducha? Un mar de dudas, que fuimos entendiendo poco a poco.

Una vez relajadas nos retiramos a las habitaciones donde estuvimos un rato de charla y finalmente nos fuimos a dormir. Esto tampoco iba a ser tan sencillo, había que montar los futones.
Nos habían dejado unas instrucciones de cómo se hacía, así que no tendría que ser muy difícil.


Esto por aquí, esto por allí y... ¡voilà futones montados!
A probar eso de dormir en futón (una pasada de cómodo)
Y con esto finalizó nuestro sexto día en Japón. Súper diferente y completo, me encantó este día y os recomiendo a todos una visita a la zona y alojarse en un hotel tradicional ¡todo un lujazo!

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