Una vez allí, dejamos el coche en el parking y comenzamos con la ruta que nos llevaría primero a Cala en Turqueta y después a Cala des Talaier, el que era nuestro destino.
Os dejo la ruta desde el aparcamiento.
Como podéis ver en el mapa, nos llevó una hora llegar a la playa desde que salimos del parking. Teniendo en cuenta que nos paramos en varios puntos a sacar fotos.
El punto 1 es Cala en Turqueta.
Cogimos el camino de caballos en dirección des Talaier.
Cuando veáis puertas como la de la foto que os muestro a continuación atravesadlas sin problemas.
Estas puertas las ponen para que no se escapen los animales, pero puedes pasar por allí sin ningún problema, las vereis a lo largo de todo el camí de cavalls.
Vistas desde el punto 2 del recorrido. |
El esfuerzo mereció la pena. La cala estaba casi desierta, el agua era absolutamente transparente y de color turquesa.
Vista de la cala desde la entrada. |
Vista de la cala desde dentro del agua. |
Aguas cristalinas en des Talaier. Un sitio ideal para hacer fotos acuáticas. |
Pareja disfrutando de la tranquilidad de la cala. |
Fue uno de los sitios que más me gustó, no sé explicar exactamente por qué, pero parecía un sitio casi desierto.
Claro que esta perspectiva puede cambiar dependiendo del momento en que visites la cala, porque otro día decidimos volver y justo acababa de desembarcar allí un ejercito de turistas que venían de un gran barco que había atracado en las playas de Son Saura y la cala estaba impracticable, además de sucia... a veces da pena ver como trata la gente las playas...
Disfrutamos un rato largo de la cala y decidimos poner rumbo de vuelta a Cala en Turqueta para pegarnos un baño e ir fresquitos a comer, ya que ese día habíamos previsto parar en Ciutadella a comer en un sitio que habíamos visto que estaba de moda la noche anterior.
El sitio en cuestión se llama Ses Voltes y se trata de un local bastante grande con varios comedores en diferentes plantas.
A esas horas no había casi nadie, lo cual era comprensible, ya que en la época que visitamos la isla tampoco había demasiado agobio de turistas y la mayoría estarían en las playas o calas comiendo, así que no tuvimos problema en encontrar un hueco en la bonita terraza que dispone el local en su azotea.
Comimos un menú del día que creo recordar que rondaba los 14-15 euros que estuvo bastante correcto, aunque para el lleno que tenía el local la noche anterior esperábamos que fuera la pera y tampoco era para tanto, pero estaba bastante bien.
Olivas para picar. |
Gazpacho de fresas con picatostes. |
Tempura oriental. Demasiado rebozado para una tempura. |
Pollo en salsa. |
No recuerdo el nombre pero era una especialidad de Menorca por lo que nos dijeron. Una especie de chorizo relleno que estaba muy rico. |
Mousse de café. |
Coulant. |
Con la tripa llena, volvimos a coger el coche y nos pusimos rumbo al norte de la isla por primera vez.
El destino eran las playas de Algaiarens, concretamente la playa de la Vall.
Os recomiendo que antes de aparcar en el primer aparcamiento que veáis sigáis para adelante, porque hay otro aparcamiento bastante grande más cerca de la playa.
Nosotros pagamos la novatada y tuvimos que ir andando un rato más, lo cual no importó porque nos vino bien para bajar la comida.
Atravesamos la primera parte de la playa, ya que en el blog "Lugares secretos de Menorca" habíamos visto que después del peñón que se divisa al fondo hay otra playa menos frecuentada.
Antes del peñón hay un camino que lo atraviesa por la parte de atrás. No intentéis bordear el peñón ya que es una zona peligrosa. |
El camino te lleva a la otra parte de la playa. |
Casita de pescador en las rocas. |
Atardecer en las playas de Algaiarens. |
Al tomar contacto por primera vez con las playas del norte nos dimos cuenta de las claras diferencias entre norte y sur.
En mi opinión, son diferentes, pero las playas y calas del norte no tienen nada que envidiar a las del sur.
Las del sur recuerdan a las playas del caribe, mientras que las del norte no disponen de esas aguas turquesas ni de esa clarísima arena, pero son unas playas estupendas de igual manera que tienen otro encanto.
Cuando el sol perdió intensidad, decidimos recoger las toallas y poner rumbo de vuelta al hotel ¡Segunda de etapa de playas y calas en Menorca completada!
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